Creado en el año: 2.011
Óleo sobre lienzo: 73x 90 cm.
Os muestro la versión que mi amiga Amelia compuso, en su día, del mito de Leda con lo siguientes versos:
LEDA Y EL CISNE
¿No es aquella figura modelada en cálamos
la que reina
en el sueño de Tindáreo?
¡Ay, Tnndáreo, si supieras
que entre juncos
se marchitan fidelidades!
Buen mortal que entregas a los dioses dádivas y
loas
ahora, al dios de dioses,
le has de regalar el nombre de tu
carne.
En un remanso entre cañaverales
se han posado reflejos del amor
en las aguas...
Zeus, que anda inquieto y desbocado,
se refresca en el
cristal de un aljibe
y en el ámbar de la piel húmeda de Leda.
Fruto de
la concupiscencia entre las cañas
irriga el dios los labios de la
hembra;
suspira la mortal
con la caricia alada del cisne
y de aquel
refresco en alba
germinarán dos perlas, en su vientre
Amelia de
Querol Orozco
con igual título escribí esta poesía. Te la dejo aquí por si pudiera servirle de acompañamiento a tu Leda.
ResponderEliminarLEDA Y EL CISNE
¿No es aquella figura modelada en cálamos
la que reina en el sueño de Tindáreo?
¡Ay, Tnndáreo, si supieras
que entre juncos se marchitan fidelidades!
Buen mortal que entregas a los dioses dádivas y loas
ahora, al dios de dioses,
le has de regalar el nombre de tu carne.
En un remanso entre cañaverales
se han posado reflejos del amor en las aguas...
Zeus, que anda inquieto y desbocado,
se refresca en el cristal de un aljibe
y en el ámbar de la piel húmeda de Leda.
Fruto de la concupiscencia entre las cañas
irriga el dios los labios de la hembra;
suspira la mortal
con la caricia alada del cisne
y de aquel refresco en alba
germinarán dos perlas, en su vientre
Amelia de Querol Orozco